29 Julio – 1 Agosto 2021
Horario: 10.00 a 14:00 y 16:00 a 20:00 (último día se acaba a las 14:00)
Régimen residencial: Sin concretar
Precio: Curso 300 € + Alojamiento (incluidas dietas) 165 € (precio orientativo hasta concretar, pendientes del COVI)
¿Por qué nos olvidamos de la narrativa, cuando la sabiduría tradicional de muchas culturas se manifiesta a través de leyendas?» «¿Acaso existe una manera más humana de intentar un acercamiento? Claudio Naranjo
Paco Peñarrubia ha dedicado casi 40 años a crear y nutrir Las 4 caras del héroe. Desde hace más de 10 se lo ha transmitido de forma directa, como en los antiguos oficios, a quien ha señalado como su sucesor, Amós Vásquez; para que pueda continuar difundiendo su legado y enseñanzas, a través de este viaje casi chamánico y, desde luego, transformador.
Toda esta reflexión simbólica se plasma en un trabajo grupal experiencial, utilizando sistemáticamente herramientas de la arte-terapia (pintura, escritura, arcilla…) de la danza y el movimiento, de la música y la voz…, de forma que la vivencia del cuerpo se amplíe y afine, la emoción encuentre cauces más fluidos para expresarse y el intelecto desarrolle vías analógicas que liberen el potencial poético-intuitivo. La espiritualidad no es algo separado sino la síntesis de lo anterior, el aroma y la armonía que impregnan los momentos de completud, a veces a través de la meditación y las ceremonias, a veces en la acción más insignificante y en la relación con el otro/a.
Campbell reinterpretó en «El héroe de las mil caras» la figura mitológica del héroe, en diferentes culturas, haciendo una lectura metafórica del proceso que podemos llamar terapéutico o de búsqueda, y el héroe moderno no es otro que un buscador/a.
Este héroe está en crisis. Necesita otro tipo de respuestas o cambios en su vida y el malestar es el motor. Busca algo trascendente para resolver un supuesto falló interior. Cada viaje es único, irrepetible, individual pero le pasa a todo el mundo independientemente de su cultura. Los mitos mirados como algo más que una aventura, son una metáfora que resuena con el proceso interior, las pruebas de Hércules no distan mucho de lo que se experimenta en el proceso terapéutico. Hablan de procesos interiores de rescate, donde uno puede nutrirse de algo con lo que ya no contactaba.
¿Qué pretende este viaje?
Las historias de Gilgameshy de Ulises, los mitos grecolatinos, las leyendas bíblicas, etc., son mapas del proceso interior. Su aspecto metafórico y simbólico fueron el estimulo para que en los años 80 Paco Peñarrubia creará un taller terapéutico, que hoy resulta imprescindible, en el proceso de todas aquellas personas inmersas en una búsqueda personal, las Cuatro Caras del Héroe, inspirado en Joseph Campbell.
La ruta a seguir:
El esquema del taller es circular, configurado por varios cuartetos que se distribuyen en cada punto cardinal, organizado todo ello dentro de una experiencia vivencial, en grupo intensivo, haciendo un recorrido de autodescubrimiento por estas cuatro caras del héroe o aspectos individuales a la vez que universales.
La circularidad alude a la noción de ciclo, a través de los cuales, el héroe va haciendo su viaje. El círculo es el símbolo por antonomasia de un ciclo, a la vez es una imagen en la que no hay principio ni final. El circulo de la vida donde transcurren las estaciones del año y donde transcurre también la eternidad. La fuente y el destino, muerte y renacimiento. El círculo, dice Jung, expresa la totalidad de la psique en todos sus aspectos, incluida la relación entre el hombre y la naturaleza. Podemos decir que cada ciclo en este abordaje representa una oportunidad de aprendizaje que nos lleva del ámbito de la circunferencia del círculo (creatividad: ser esto y su contrario), al centro (arte: ser uno mismo/a).
Sensación: lo corporal, lo kinestésico…
Elemento: tierra (sólido).
Oficio: agricultor o artesano.
Chakra: Muladhara .
Emoción: mundo afectivo, sentimientos…
Elemento: agua (liquido).
Oficio: navegante o comerciante.
Chakra: Svadhisthana .
Intelecto: mundo mental.
Elemento: fuego (radiónico).
Oficio: guerrero o cazador.
Chakra: Manipur
Espiritualidad: lo trascendente, intuitivo.
Elemento: aire (gaseoso).
Oficio: guía o sacerdote.
Chakra: Anahata.
También podríamos establecer relación entre los tres primeros ítems y lo que Gurdjieff llama el camino del faquir, el camino del monje y el camino del yogui, faltando aquí el cuarto componente transpersonal, que no es sino la síntesis de los anteriores.
Facilita: Amós Vásquez.
Más información sobre el contenido del viaje (Tomado de «Terapia gestalt. La vía del vacío fértil». Paco Peñarrubia)
El sentido de este esquema no es más que proporcionar un hilo conductor a la experiencia, así como proponer una fuente de estímulos analógicos y creativos, un entramado sobre el que ir abordando la vivencia puntual del grupo.
A grandes rasgos, el abordaje creativo del “AGRICULTOR/A” (Tierra/sensación), se basa en el desarrollo de la capacidad de sentir lo obvio, de amplificar la conciencia corporal, así como la percepción del entorno desde la posición de arraigamiento, de auto-apoyo (Muladhara significa precisamente “raíz“); el sentido común sería aquí definitivo: lo que yo soy, lo que yo tengo, lo que yo hago (artesano), así como el respeto y aceptación del ciclo de la naturaleza y del ciclo organísmico, inseparables desde la visión gestáltica pero en pugna desde la voluntariedad neurótica. Aquello de “no empujar el río, que fluye solo“, se corresponde con esta actitud del agricultor que hace lo suyo y deja el resto en manos de “dios“, desarrollando una paciencia antiegoica (no confundir con resignación) y una confianza en la naturaleza. Del mecanismo neurótico de la introyección rescatamos aquí su aspecto creativo, la tradición, del que ya hemos hablado y que está tomado en el mismo sentido en que Jung hablaba de inconsciente colectivo: como representación de la sabiduría del tiempo. Podemos hacer una revisión creativa de las raíces y los orígenes, recuperando la sabiduría heredada más allá de actitudes reactivas, como el aprendiz de artesano que respeta el saber tradicional. Dado el énfasis gestáltico en el presente, este aspecto rescata algo del pasado en su sentido más fructífero.
El abordaje creativo del “NAVEGANTE” (agua/emoción) desarrolla la capacidad del gusto (en el más amplio sentido de la palabra), el riesgo de viajar, de explorar nuevas cosas, de navegar hacia dentro de uno mismo/a y de intercambiar con lo de fuera (comerciante); Svadhisthana es el centro sexual, conectado con la exploración del deseo y de la sensualidad. La curiosidad y el déficit son los motores para salir a buscar afuera lo que nos falta. La proyección se convierte en conocimiento tras hacer el camino de reapropiársela, siempre a posteriori. Como señala Naranjo: “No es bueno creer que el pájaro azul está en nuestro patio trasero, necesitamos buscarlo hasta que lleguemos a conocerlo por completo“, lo cual señala el proceso paradójico del viaje. Este enfoque creativo de la proyección como conocimiento supone reconocer tanto nuestras carencias como nuestras mercancías para poder comerciar (al estilo del tradicional trueque) con el otro. La situación grupal favorece el juego de espejos y la abundancia de pantallas donde proyectar. Cada viajero, al conocer otras tierras y otras gentes, acaba encontrándose consigo mismo como nos recuerdan tantas aventuras literarias.
El abordaje creativo del “GUERRERO/A” (fuego/intelecto) desarrolla la conciencia de estar alerta y el sentido de la impecabilidad de nuestros actos. El chakra Manipura rige el sentido de la vista, y, por extensión, la clarividencia mental, la sustancia ígnea que resplandece y penetra todas las cosas. En este sentido asocio fuego e intelecto, al contrario de la tradición esotérica que relaciona el fuego con lo espiritual y el aire con lo mental. La retroflexión se convierte aquí en disciplina para disolver la tendencia egóica a la distracción y a la inconsciencia así como para desarrollar la fortaleza interior ante las pruebas de la vida. El guerrero/a se disciplina en la atención, en la observación neutral del mundo, en el desapego de la emoción (sin reprimirla), en el sostenimiento esforzado de la tarea… aspectos todos ellos que complementan la fluidez del oficio anterior.
El abordaje creativo del “GUÍA” (aire/espiritualidad) desarrolla la conciencia trascendente, la desidentificación con el ego como autoconcepto, a través de la superación de los dualismos disociadores; el chakra Anahata rige el centro físico y místico del hombre, la conciencia del yo vital (Atman). Confluir es una fijación neurótica de algo sano y natural en todos nosotros: la trascendencia, la entrega en otras manos más grandes que nos da una visión menos estrecha de las situaciones y nos permite vivencias amorosas, artísticas y contemplativas de otra cualidad interior. Este oficio remite al concepto de guía interno que muchos enfoques humanistas y transpersonales visualizan como el viejo sabio que nos aconseja desde un lugar no condicionado de nosotros mismos/as y que Perls nombraba como sabiduría organísmica (autorregulación) a la que abandonarse confiadamente.
Ilustración Alex Herrerías